Una tormenta en un vaso de agua

Otra expresión verbal y de uso cotidiano, que usamos siempre, pero ¿sabemos lo que significa?

Cuando hacemos un mundo de algo insignificante. 

Lo que ahora se dice «mucho drama», a veces despectivamente. Cuánta gente conocemos que le gusta el «drama» en todo de sus vidas. Es como si no pudieran hablar de las cosas sin dramatizarlas. Esto lo veo mucho estos últimos tiempos.  Y siempre me pregunto, ¿por qué es así? 

La vida es la que es para todos, cosas buenas y cosas malas. Es ley de vida. No le pasa a unos y a otros no. Nos pasa a todos. Va por rachas, por períodos. Puede que «algunas tormentas» se ceben más con unos que otros, pero es general.


«una tormenta en un vaso de agua«, es cuando no damos la verdadera magnitud a la tormenta, sino que nos hacemos problemas por nada o por poca cosa.

Creo fervientemente, que aunque mucho drama o tormentas, como lo quieras decir, a veces depende de circunstancias y de otros, también en mucho, de nuestra actitud personal para afrontar ese drama. Por eso esa expresión «una tormenta en un vaso de agua», es cuando no damos la verdadera magnitud a la situación, sino que nos hacemos problemas por nada o por poca cosa. Hay que enfrentar el «drama o la tormenta», en su justa medida, ni más ni menos.  La actitud ante la vida, es más de la mitad del resultado que se obtenga de ella

Algo de drama y tormenta, está bien, pero no creo que deba ser la base de nuestras vidas. A mucha gente, y  más de lo que creéis, le gusta pensar siempre en «dramas«, para tener tema de conversación, cuando sus vidas son de lo más normalitas. Pero esta actitud, agota a cualquiera y termina con que los que te rodean no te hacen caso más. Ya sabes como dice cierta actriz “Como te ven, te tratan. Si te ven mal, te maltratan. Si te ven bien, te contratan“.  Y yo agrego, por favor, menos drama, menos tormentas en un vaso de agua.

Ya sabes vive, ama y sobre todo se positivo, no hagas una tormenta en un vaso de agua, que el agua del vaso  como es poca se evaporará pronto, y la tormenta desaparece en un chasquido de tus dedos, te lo aseguro.


Imagen vía @Zaira Alfaro en  Flickr
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Centrarnos en lo que se nos da bien

Esta semana escuchaba en una entrevista un consejo de una madre a un hijo «No te centres en ser bueno en lo que se te da mal, céntrate en ser bueno en lo que se te da bien«. Y me pareció un buen consejo.

Porque es verdad. A veces no nos damos cuenta que nos centramos en querer hacer cosas bien que de entrada no se nos dan bien, porque no tenemos habilidades para ellas, y en contrapartida no hacemos caso a lo que si se nos da bien. Creo que muchas a lo largo de la vida.

En mi caso por ejemplo me gusta dibujar. Tengo mi estilo propio, ni mejor ni peor que otros, el mío. A veces me gusta y otras no. Como decía una profesora de primero de facultad «el trabajo creativo es subjetivo, te gusta o no«. Eso me pasa a mi, a veces me sorprendo gratamente de lo que he hecho y otras no, porque veo los fallos. Pero algo que me ha traído de cabeza todo la vida, es que se que no soy buena en hacer retratos.

Al escuchar el consejo de esa madre, me acordé de ellos. Porque me he centrado mucho tiempo en intentar de hacer un retrato bueno, pero no se me da bien. Llegando de nuevo a tener un estilo propio que algunos le ha gustado mucho y me han pedido uno. Nunca he sabido si con humor negro lo han pedido o porque les gusta de verdad. Pero lo han pedido y los he hecho. Porque al día de hoy lo sigo intentando.

Lo que me lleva a pensar, porque no me he centrado en lo que verdaderamente se me da bien? pero se lo que es? Porque hay recae la verdadera reflexión, se a conciencia lo que se me da bien en la vida? A esta altura creo que no.

No tengo 20 años, y he hecho muchas cosas, la mayoría con mucho entusiasmo, pero han quedado en eso, en entusiasmo. De eso si estoy sobrada, de ganas de hacer.

Hace muchos años me regalaron un libro que se llamaba «el elemento». Que nunca terminé de leer como otros tantos, pero planteaba las pautas de saber cómo encontrar ese «elemento o pasión» en tu vida que te hacia único o especial. Que lo cambiaria todo.  Aunque creo que todos somos únicos y especiales, es verdad que la mayoría no sabe a ciencia cierta qué es lo que lo apasiona de verdad de hacer.

Admiro a esa gente joven que desde chicos saben lo que les apasiona y van a por ello. Posiblemente la sociedad o la época que me tocó vivir de joven no me dio los medios para que pensara en ello. Una mujer se le exigía casarse, tener hijos y ser sumisa al patriarcado, como se dice ahora. Eso sí, me dio los medios para ganarme la vida con una profesión que aun desarrollo pero que no me apasionaba, ni antes ni ahora como debería haber sido. Simplemente ha sido me medio de vida, y gracias por ello.

Será tarde para con la edad que tengo seguir buscando ese elemento o esa pasión? (suspiro) No tengo ni idea. Cuando uno ya ve que está en unas edades que parece que todo se está acabando, no sé si quedan ganas de seguir buscando.

Quizás habría que plantearse que todo en la vida ha sido y es «ese elemento especial» que tenemos todos. Una idea conformista posiblemente, pero el que no se conforma y acepta lo que es y lo que tiene es porque no quiere o no puede.

Somos muchas cosas como individuos y tenemos que estar orgullosos de la vida que hemos desarrollado. Podría haber sido mejor o peor posiblemente, pero es la que hemos tenido. Con sus claros y oscuros.

Ahí reside todo, en la aceptación. En echar la vista atrás y no arrepentirnos. De las cosas buenas y los errores hemos aprendido a vivir. Siempre podríamos haber hecho las cosas mejor y también peor, pero llegados al día de hoy, somos lo que somos, ni mejores ni peores que los demás, simplemente somos nosotros mismos.

Ese es el verdadero valor de centrarnos en desarrollar lo que se nos da bien, que es vivir tal como somos.

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Amigo de mis amigos y otras redundancia

Esta expresión, «amigo de mis amigos«, cada vez que la escucho, me chirrían los dientes de la grima que me da. Qué significa? que eres buen amigo, que eres buena persona? Qué también es amigo de tus amigos? Es tan absurda, que hasta me causa gracia escucharla. Se ha convertido en muletilla de mucha gente que debe definirse en público.

Sinceramente,  no se como la siguen diciendo, sino tiene sentido. No es preferible decir, «soy buena persona o eso creo, me considero un buen amigo, también«. No tengo ni idea de donde viene, pero es como decir «voy a subir arriba». Si subes, será arriba no? esa redundancia enloquece.

El idioma castellano es sonoro, bonito y tiene lo suficiente plasticidad para decir una misma cosa con muchas expresiones o palabras distintas. Pero la redundancia del «amigo de mis amigos» o «subir arriba«, dicen mucho de gente que no sabe hablar bien. Posiblemente porque no leen mucho y no tienen mucha cultura.

Lamentablemente para todos, se escuchan tanto que uno puede pensar que esta bien dichas, y no es así. La vulgaridad idiomática  dice mucho de una cultura. Y no importa cual sea, cada día perdemos un poco más de sofisticación y saber ser.

«La redundancia del «amigo de mis amigos» o «subir arriba», dicen mucho de gente que no sabe hablar bien»

Deberíamos, aunque fuéramos adultos, ir a alguna clase de reciclaje. Porque muchos lo que no aprendieron de pequeños por lo que sea, ya por un sistema que no se ocupó, por no leer, por no poder educarse culturalmente, no lo harán de grandes, y harán papelones cuando hablen. No seria mala idea, clases a cierta edad, de ajuste cultural o algo parecido. Aunque sea que les enseñen a hablar bien, como punto fundamental de la cultura de una sociedad.

Porque todo esto viene por eso, porque no se ha enseñado a hablar como se debe hablar. Así que la próxima vez que estés tentado a definirte como «amigo de tus amigos», di  mejor «me concibieron un buen amigo», o si dices «subo arriba», di «subo al piso de arriba».  Puede que estas expresiones estén aceptadas por la calle, pero no significa que estén bien.

Un pueblo se valora por muchas cosas, pero sobre todo por su manera de hablar.

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Lo que mata es la humedad

Una de las cosas que más me gusta de Madrid, es su clima seco y si algo me tira para atrás de vivir junto al mar, es también su clima, húmedo. No me gusta la humedad. Aunque tengo que reconocer, que los días que pase en Buenos Aires, y el corte de pelo que llevo ahora, ayudaron a un mejor look por la humedad. Cosa que no me pasa aqui.

Pero en realidad no es lo único que no me gusta. Hay muchas cosas, esta es la menor.

Hace muchos años, diría más de 15 o casi, escribí una lista en un post de las cosas que me gustaban. 7 años después , la actualicé, y si la leo ahora, sigo cambiando cosas, poniendo y sacando. Y volví a actualizar en el 2021.

Pero leyendo hace unos días un artículo de psicología, decía que era bueno hacer esto, pero también escribir una lista de lo que no nos gustaba. Sobre todo, para darnos cuenta que la mayoría de las veces, tenemos la vida que queremos pero siempre o casi, no nos damos cuenta de ello.

Vamos a ver que sale. Allá voy..

No me gusta…

  • la humedad
  • la mentira, ni que me tomen por tonta sesgando la verdad.
  • La coliflor.
  • el color amarillo chillón, sobre todo en la ropa. Lo odio.
  • la gente que no da la cara y la que no es sincera
  • los gritos.
  • muchas veces lo que hago, pero lo asumo.
  • la falta de dialogo, cuando la gente se cierra en banda y no te enteras que paso.
  • la suciedad de Madrid.
  • la obligación social, de ser siempre «políticamente correcto».
  • los chismes y chismorrear.
  • las frutillas o fresas, en helado, en postres y en productos industriales. Al natural sí.
  • las patatas fritas de los pedidos de comida a domicilio, siempre llegan frías, grasientas e incomibles.
  • la gente que no sonríe y es amable con los demás. Los que no dicen «gracias» nunca.
  • zombis, y toda la parafernalia. Las pelis de miedo. Yo no veo Walking dead.
  • el maquillaje. Algo sí, pero lo justo y de vez en cuando.
  • los bancos, políticos y demás jungla urbana de este siglo XXI, que sustenta y dice una cosa para que les voten y luego hacen lo contrario.
  • Los corruptos y que siempre dicen, yo no fui. En realidad la gente que no se hace cargo de sus actos.
  • Mucha poesía actual, que con lo que me gusta el género, no hay quien la lea ni la entienda.
  • tener que salir por obligación.
  • La falta de lealtad y reconocimiento de unos con otros.
  • el silencio impuesto, no deseado.
  • La devoción de algunos por la imagen, vacía de contenido.
  • la devoción de otros, por gente que ni siquiera han crecido, vivido, o aportado a los demás. Va, el cholulismo.
  • Los gatos. No me molestan pero no para tener uno en casa.
  • La violencia en todas sus formas, y las armas.
  • La intolerancia por el que es distinto, piensa distinto o tiene otra religión.
  • Las tabletas. Sinceramente, no sirven para nada. Entre el teléfono y el ordenador, este punto intermedio, salvo para ver pelis en la cama y listo. Menudo gasto.
  • La gente que aparece solo cuando necesitan algo y los que desaparecen sin decir porque.
  • La coca cola en todas sus formas. Aunque la Zero es una solución sino hay otra cosa que tomar…

ya está bien con lo que no me gusta no?

Posiblemente porque como muchas veces digo últimamente, tengo la vida que quiero tener. Que puede ser mejor? por supuesto, todo se puede mejorar, pero en realidad yo he asumido estos últimos años muchas cosas y he dejado por el camino a otras muchas. Llegado a este punto, que me ha costado y mucho. Se podría decir que tengo la vida que quería tener.

Vivo tranquila, relajada, solo preocupada por cosas nimiedades de la vida moderna , cosas que no terminan de cuajar pero son externas, que la mayoría de las veces no dependen de mi. He largado tanto lastre, que ni yo me lo creo.

Se que he cerrado una etapa de vida e iniciado otra estos últimos meses. Y lo tengo super claro.

Aunque aun espero ese deseo que siempre pido, que dice «solo espero que algo me sorprenda, gratamente, que diga – jope, que fantástico. « Algo que no espere y llegue. Porque sinceramente ya no espero nada y sobre todo no pido nada.

Eso es lo único que hecho en falta en mi vida, quizás.  Lo demás, me pueden gustar las cosas, situaciones, gente, más o menos, pero como se dice hoy en día,  «es lo que hay». Como aceptación de la realidad.

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Las cosas pasan cuando tienen que pasar

Una cosa que al ser occidental le cuesta aceptar, es que «las cosas pasan cuando tienen que pasar«.  Pensamiento orientalista que en muchos aspectos choca con ansiedad de que las cosas sucedan cuando nosotros queremos y no en su debido tiempo.

Se que es difícil de aceptar. Mi cabeza me lo repite hasta la saciedad como recuerdo que haga lo que haga, sino es su momento, lo que quiero que pase no pasará. Me imagino porque me quiero convencer a mi misma que eso que nos quieren meter en la cabeza, que si te esfuerzas lo lograras, porque todo se puede.

Os garantizo que no es así. Te puedes esforzar lo que quieras. Evidentemente si no lo haces, ni lo intentas, tampoco lo lograrás. Pero si el entorno, el tiempo y las circunstancias no son positivas para lo que quieres hacer o lograr, dará igual lo que te esfuerces.

Ahora aparecen los que te dicen que de las derrotas se aprende, es más alguno cercano me ha regalado un cuaderno donde la tapa dice «para anotar tus derrotas», como sino se grabarán a fuego en tu cabeza.  Cuando lo recibí, recuerdo que dije «que cabro…» por su regalo. Mucha mala leche en el regalo.

Leía en un libro que «el tiempo que maneja el universo no es el mismo que nosotros«.  Por eso las cosas sucederán cuando tengan que suceder.

¿Por qué pienso todo esto? Ni idea. Quizás porque  es una tarde de primavera, y aquí estoy junto a mi balcón, escribiendo o como se llamaba antes este blog, «divagando», sobre la nada y el todo.

imagen vía @“Collages espaciales”. Un proyecto de lacabezaenlasnubes

 

 

 

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Perder espontaneidad

Con los años, ya me había dado cuenta, que uno va perdiendo esa espontaneidad que lo caracterizaba. Posiblemente porque no quiere ya meter más la pata o simplemente se ha retraído, porque no se ha reconocido esa forma de actuar.

Qué es ser espontáneo? el diccionario dice:

1-Que es natural y sincero en el comportamiento o en el modo de pensar.
2- Se aplica a la persona que se comporta o habla dejándose llevar por sus impulsos naturales y sin reprimirse por consideraciones dictadas por la  razón.
3   Planta que surge sin cultivo ni cuidado del ser humano.

Como no soy una planta que crezca, la número tres la anulo, pero las otras dos, me definen muy bien. La primera me gusta más que la segunda, porque esta es como decir que uno a veces actúa sin pensar o razonar. Pero bueno, algo de razón también tiene.

El porque la he perdido?, interesante para reflexionar sobre ello. El tiempo, la edad, la realidad, la gente que simplemente te ha hecho invisible, el cansancio de hacer siempre cosas y ver que da igual que las hagas o no, etc, etc.

Son muchas, no vale la pena seguir preguntándose porque uno dejó de ser espontáneo. Lo único cierto es que ya no soy espontánea en pillar el teléfono para ver como esta una persona, cuando ves que siempre eres tú el que llama.

O cuando ya no compras ese libro que sabes que le gustará a xx porque total para qué, si ni te lo va a agradecer porque ni siquiera te dio las gracias cuando tu le diste la en hora buena por algo importante que estaba pasando en su vida.

O cuando ya no tienes ideas de compartir una salida o un cine, porque siempre eres el que inicia la jugada. Luego te enteras que fueron y no te avisaron.

O porque has sugerido un montón de cosas por hacer, y la respuesta siempre es el silencio o las excusas.

O cuando das un pésame y ni siquiera te dicen, gracias.

O cuando de tan espontánea que eres, sin pensar, largas algo que al vecino le molesta o que no quería que dijeras, y te retira el saludo.

Pareciera que siempre estas buscando las gracias, pero no es así. La vida es un feedback entre la gente. No vivimos en una burbuja o en una isla, solos. Pero lamentablemente…las mismas condiciones de vida, hace que pierdas espontaneidad, ya no eres la misma persona. Te retraes, empiezas a pensar solo en ti, y por momentos te sientes egoísta, pero no es así. No es que lo seas, sino como dicen los budistas «estamos solos«.

Te cuidas tanto de no decir esto para no ofender, de no decir aquello para que no se cabreen, de no plantear una cosa o comprar un regalo pensando en alguien porque si, para que no te malinterpreten, que terminas encorsetado con lo políticamente correcto. 

Yo quiero seguir siendo la de siempre, decir lo que pienso, que no me sienta culpable por comprar una cosa sin motivo porque me acorde de alguien para que no piense mal, que pueda seguir siendo sincera y franca en mi manera de hablar, y que el interlocutor no se sienta agobiado de tanta franqueza.

En fin, esto solo es una reflexión a mi misma de porque he perdido espontaneidad, ya no soy la Lu de hace 10 años. Yo no he cambiado, me han forzado a cambiar para encajar, sino .. va vía.

Lo que no se, es como reaccionaría si se me plantea la posibilidad de bailar bajo la lluvia. ya veremos…

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No asumir la culpa

La palabra «culpa» no me gusta. Porque vivimos en una sociedad que durante décadas se ha dedicado a que sintamos «culpa» por todos.  De lo que solo tenemos culpa, es de nuestros errores o equivocaciones, porque somos seres conscientes, que hemos metido la pata con algo, por eso tenemos «culpa» sobre eso.

Lamentablemente, existen otros muchos grupos que nunca «reconocen su culpa» en una situación . Y para que se me entienda, me refiero a los círculos de poder o de la política. No de una persona específica, sino de un grupo que su «soberbia como grupo» es tal, que para sus ojos «ellos nunca hacen las cosas mal», la culpa es de los otros.

«No reconocer públicamente que se han equivocado, se puede aceptar una vez. Pero sistemáticamente, no

Eso es lo que está pasando en España siglo XXI. No hablaré de nadie en especial, pero los círculos de poder o política, han metido y lo están haciendo continuamente, la pata, y parece que la cosa no va con ellos.

Para el ciudadanos de calle, es bastante frustrante. Y sobre todo, denota una falta de empatía total de los dirigentes o círculos de poder, con la gente del día a día.

En alguna película escuche la frase «en la cárcel nadie es culpable«, y siempre me he preguntado «y porque están ahí?».

Si el que conlleva la autoridad, control y administración de un país o sociedad, no se hace responsable de sus «errores», que se puede esperar que haga la gente  que vive bajo esa «autoridad». 

Poco pueden hacer, salvo recordarlo cuando vayan a ejercer su derecho al voto. 

Consejo de abuela «para ser honesto, no solo hay que serlo sino parecerlo» y en un cargo público aún más.

PD: Y en Argentina??? lo mismo o peor.

imagen@Ramblas, Barcelona 1975 by Colita
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Aun no se que contestar a mi propia pregunta

Aún no se que contestar de mi pregunta de las 3 cosas que hacen qué vivir valga la pena.
A mi me pasa como a otros, que como no tengo hijos, ni pareja, no se que decir, aunque algunos lo tiene más claro.

En ningún momento pensé que las respuestas serían distintas a las que han sido. Soy una convencida que el “amor” nos mueve.
Ya sea el amor a los hijos, a una pareja o una familia.

Pero y cuando no las tienes como yo? Qué es lo que me mueve?
Esto es algo que de vez en cuando pienso, y nunca lo tengo claro. Por eso, creo que es tan fácil tener la moral baja.

Tampoco creo que lo que haga que valga la pena vivir, seamos solo nosotros como me dicen otros. Tiene que haber otra cosa.

Quizás esa búsqueda de algo que justifique el esfuerzo por seguir, el esfuerzo por levantarse todos los días, por no perder la sonrisa, por pensar que el mañana será mejor que hoy seguro, es lo que me mueve. Y no es un comentario, ni depre ni nada ein, aunque lo parezca.

Es algo que pienso bastante. ¿El porqué?

Porque me tengo que matar trabajando 10 hs por día todos los días.
Porque me esfuerzo por tener una casa, si me daría lo mismo vivir de alquiler.
Porque nunca tengo tiempo, o mejor dicho, me hago tiempo para perderme por el mundo porque el trabajo me absorbe.

Tema peliagudo este.

En realidad, creo que la pregunta no seria en mi caso, “qué cosas hacen que valga la pena vivir”, porque yo amo la vida, y las disfruto al máximo siempre o casi dentro de lo que mis medios me dejan, sino…

“que cosas hacen que se justifique que te sigas esforzando tanto por mantener la vida que tienes”.

Será la edad o soy la única que tiene esta inquietud?

 

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Síndrome del papel en blanco

Algo que tienen muchas personas que se dedican a una actividad creativa, es pasar del «síndrome del papel en blanco«. Superar ese momento, de no saber que hacer es todo un tema, que otros muchos dicen que se soluciona con trabajo y más trabajo.

Leía el otro día una entrevista de un diseñador, que al día de hoy tenia ya más de 300 cuadernos de trabajos diarios, solo así para soltar la mano. Porque la creatividad no viene sola, viene con mucho trabajo diario, nos guste o no.

Es así. Porqué esta reflexión? porque hoy tengo el «síndrome» yo misma. Estoy en blanco. Aunque me doy cuenta que estar en blanco, no solo es no tener ideas, sino en tener muchas pero no saber como plasmarla o tener cosilla por hacerlo. Siempre tengo cosas que decir, que escribir o que hacer, pero últimamente no es así.

Cuadernos tengo muchos donde solamente «divagar» dibujando o haciendo cualquier cosa, pero tampoco lo hago. Posiblemente porque como hace mucho digo por aquí, me falta constancia, dedicación o trabajo, mucho pero que mucho trabajo.

Lo que pasa es que mi vida esta igual. En blanco, porque solo tengo trabajo que cumplir.

Lo que tengo es «síndrome de la redundancia», es como estar en un bucle que «mis quejas» sobre este tema se repite una y otra vez. A veces, o mejor dicho, casi todos los días, pienso .. «hoy será distinto», «hoy lo podré hacer». Pero nada, otro día muerto, y van… Ya ni lo recuerdo.

Porque el síndrome del papel en blanco, tiene eso, que te deja bloqueado y como no tienes «constancia» o trabajo diario, te quedas ahí. No cruzas la línea que te ocasiona el síndrome.

Creo que mucho tiene que ver el hecho de no creer en uno mismo, que puede. Yo he logrado muchas cosas en mi vida, he ido contra corriente en muchos aspectos, y aquí estoy. Lo tengo claro. Pero con los años, esto convencida que he perdido la capacidad de creer en mí misma. Eso consiste este síndrome para mi. En recuperar la fe perdida. 

Pensar que hace muchos años «salté a la piscina sin agua» muchas veces y lo logre. Ahora no tengo ganas o es miedo de hacerlo? Eso que dicen los sajones, «salir de la zona de confort», eso es lo que necesito. O un buen viaje, eso también daría sazón a la vida.

A ti que te parece??? te pasa lo mismo??? cuéntame en un comentario…

imagen @by Friedrich Seiderstϋcker

 

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