Pues si, ha llegado el momento de tirar a la basura todo lo que no nos ha gustado del año que se va, y abrirnos a recibir un tiempo nuevo, que esperamos con ilusión y fe de que será como poco, mejor que del que se va.
Pero como somos seres de pensamiento mágico, nos ilusionamos con esto, pero será lo que venga. Si es bueno, fantástico, pero si no lo es, habrá que apechugar con ello, no?
A mi me gusta hacer listas, y estos días, antes del año nuevo es bueno hacerlas. Te aconsejo hacer dos.
Una donde pongas todo lo que no quieres que se repita el próximo año, y que quemes las últimas horas del día 31. Y otra, la contraria, con todo lo que quieres para el nuevo. Total por pedir que no quede. Que pedir es gratis, otra cosa es que lo consigas.
Yo por las dudas, en mi lista dos, la que quiero para el año nuevo solo habrá una cosa…
Que venga algo que me sorprenda, así de repente, gratamente y como poco me robe una sonrisa que me dure todos los próximos años.
Todo lo demás es anexo. Lo bueno y lo malo, como siempre, formará parte de este tiempo que se llama “vivir”. Para qué llenar el corazón de deseos alcanzables o no, si con los días veré que viene lo que toca.
Cuando aprendí esto, hace ya años, me he dado cuenta, que mi vida es más plena y feliz. Porque no deseo, sino que acepto lo que llega. Con esa posición ante la vida, por poco que llegue, uno se sorprende y dice… “wow. para mi? gracias.”
Así que ya sabes, vive, ama y recibe el año nuevo con una sonrisa, un gracias y sobre todo con un hola.